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Cómo poner límites sanos a una persona controladora

“Al final siempre terminamos haciendo lo que él o ella quiere”. “Siempre le tiene que dar la vuelta al asunto”. Puede que hayas dicho alguna vez estas frases y no hayas sabido identificar que sean respuestas hacia conductas manipulativas por alguien de tu entorno. Al conocer posibles formas de manipulación serás más consciente si, en algún momento de tu vida, sufres o las has sufrido y podrás poner límites para el futuro.

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¿Qué significa ser controlador?

 

Una persona controladora es alguien que intenta mantener el control, la autoridad y/o el poder de toma de decisiones sobre otras personas y situaciones. Cualquier persona puede tener tendencias y conductas controladoras, incluidos amigos, familiares, parejas, hijos, compañeros de trabajo o jefes. Su comportamiento ignora los deseos y necesidades de la persona controlada llegando incluso a faltarle al respeto. Estas conductas controladoras pueden ir en una escala desde decirle a alguien directamente lo que puede o no puede hacer hasta utilizar la posesividad, la culpa, el chantaje o la manipulación (Regan, 2021). 



¿Qué tipos de persona emiten conductas controladoras?

La llamada Tríada Oscura (narcisismo, maquiavelismo y psicopatía) representa rasgos de personalidad subclínicos correlacionados que capturan “personalidades oscuras”. Aunque no siempre las personas que emiten estas conductas pueden adscribirse a un patrón de personalidad concreto, si es cierto que en los tres patrones de personalidad de la Tríada Oscura pueden darse conductas manipulativas y de control hacia los demás. La psicopatía subclínica se caracteriza por una alta impulsividad, insensibilidad, manipulación interpersonal, explotación y búsqueda de estimulación, y por una baja empatía, ansiedad y remordimiento (Hare, 1991, Paulhus y Williams, 2002; en Hodson et col. 2009). En esta entrevista, el Doctor en Psicología Iñaki Piñuel retrata a este tipo de psicópatas integrados

Por otro lado, el maquiavelismo se caracteriza por la manipulación y explotación de los demás, la astucia, el afecto frío y la falta de sinceridad o preocupación ética (Christie y Geis, 1970; en Hodson et col. 2009).). Y finalmente, el narcisismo representa una exageración de la autoestima y la importancia, la superioridad sobre los demás (es decir, la grandiosidad) y la búsqueda de atención (Raskin y Terry, 1988; en Hodson et col. 2009).). 

 

Ejemplos de conductas controladoras

 

1. Celos y control

Según Echeburúa (2001), los celos constituyen un sentimiento de malestar causado por la certeza, la sospecha o el temor de que la persona querida, a quien se desea en exclusiva, prefiera y vuelque su afecto en una tercera persona (su base de infidelidad puede ser real o imaginada, asi como hacia posibles candidatos futuros o incluso rivales pasados). Este sentimiento dirigido hacia una persona de su entorno, el cual está estrechamente relacionado con el sentido de propiedad, da como resultado de un desmedido afán de tener algo sólo para sí (“eres mía” “mi mujer”, etc.). Socavan el respeto a la persona amada y en casos extremos pueden llegar a generar actitudes violentas. 

La conducta celosa puede darse en la pareja, pero tambien en otras formas de amor como la de los padres con los hijos (por ejemplo, que un progenitor este celoso de que un hijo quiera a su otro progenitor), con la familia política (por ejemplo, que la pareja pugne con un familiar de su pareja por el tiempo que éste pasa con cada uno/a) o en la amistad (si eliges pasar tiempo o cuentas más confidencias a alguien que no soy yo “tu amiga íntima”). La conducta más frecuente son las preguntas impacientes e inquisitivas en búsqueda de pruebas de la infidelidad (“¿Qué has hecho?, ¿con quién has estado?, ¿con quién has hablado?, ¿por qué te arreglas tanto?, ¿quién te ha escrito? etc.”). Otras conductas típicamente celosas son el interés reiterado por el pasado, las llamadas telefónicas constantes, las apariciones inesperadas, el sexo compulsivo y el registro de objetos personales 

 

2. Chantaje 

Puede que hayas escuchado alguna vez que acusan a alguien de utilizar chantaje emocional. Con este fenómeno la persona que lo ejerce utiliza frases para provocar la culpa y el arrepentimiento en el otro y así conseguir algo, o para que la otra persona no realice algún acto que vea como negativo o no le abandone. Algunas de las frases que nos podemos encontrar son: “Si haces eso es porque no me quieres” “Yo quiero lo mejor para ti, aunque si me dejas no sé qué haría con mi vida” “Yo no quiero que sufras, nunca te haría eso”.

 

3. Ley del hielo

Si alguna vez has sufrido la ley del hielo, te sentirías ignorada o ignorado por otra persona tras un conflicto. La persona que lo lleva a cabo se comporta de una manera sumamente fría. Además, pasa por alto tus necesidades o peticiones, invisibilizándote, tratándote con indiferencia y menospreciando tus sentimientos. Con esta manipulación, puedes acabar dando mil vueltas a las cosas y te sientes culpable. Intentas dialogar y terminas pidiendo disculpas por algo que muy probablemente no sepas qué es. Como consecuencia, puedes sentir tristeza, angustia y una gran incertidumbre. La persona que la ejerce, lo hace para que el otro o la otra haga lo que ésta quiere o cambie algún comportamiento. Igualmente puede utilizarse a modo de castigo.

 

4. Luz de gas (en inglés gaslighting)

El gaslighting es una forma de abuso emocional cuyo objetivo es generar dudas sobre sí misma en la víctima. A lo mejor has escuchado hablar de esta práctica ya que le pusieron nombre gracias a la obra de teatro de 1938 y la posterior película de 1944 Gaslight (“Luz de gas”, en español). En ella, un marido hace creer a su esposa que hay pasos en el ático, mueve objetos y cambia la intensidad de las luces en su casa, que eran a gas. Cuando su esposa lo verbaliza, él lo niega. La mujer va perdiendo confianza en sus propias percepciones y comienza a dudar de su estado mental. Hemos sufrido gaslighting si nos han dado falsas informaciones para hacernos dudar de nuestra memoria, percepción y/o cordura. Puede ir desde simples negaciones de que determinados eventos hayan ocurrido, hasta la simulación de situaciones extrañas para desorientarnos. Algunas de las frases que se pueden utilizar son: “No te acuerdas bien” “Estás dramatizando” “No estás bien de la cabeza” “Eres muy sensible”. Con esta manipulación, podemos desarrollar una sensación de irrealidad y acabamos no sabiendo lo que queremos o pensamos. Por ello, nos adaptamos a la voluntad y los pensamientos de la persona que la ejerce.

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¿Cómo actuar ante una pareja, amigo, familiar o jefe controlador?

La forma en que debemos tratar cada situación dependerá de múltiples variables individuales (afectivas, económicas, situacionales etc.) así como el tipo de abuso sufrido. No existe una respuesta categórica, pero sí es importante recordar que, si estamos ante un caso grave, por ejemplo, ante una persona con características psicopáticas, la regla de supervivencia más importante es huir y mantener el contacto cero con esa persona (Piñuel, 2015). Pide ayuda si te encuentras en una situación de violencia. 

En el resto de situaciones del espectro de conductas controladoras y manipulativas, debemos recordarnos que no nos merecemos menos que una relación sin violencia. Por ello, es importante:

  • Marcar los límites asertivos de la manera más clara y directa posible. Es posible que para ello necesitemos trabajar nuestra asertividad y autoestima en un proceso psicológico, con el fin de no caer de nuevo en la culpa o el malestar asociado que nos lleve a retirar los límites impuestos. Pide aquí tu cita.
  • Valora si la persona está dispuesta o no a cambiar su conducta. En el caso primero buscaremos generar un clima de confianza, respeto y sinceridad donde establezcamos claramente las conductas que deben ser modificadas por el otro así como llegar a acuerdos negociados. En caso de que la otra persona no quiera cambiar es importante entender que nos encontramos en una situación violenta y que debemos protegernos de dicha relación (estableciendo limites personales, temporales o incluso de separación o cambio).
  • Recuerda mantener tu individualidad y autonomía personal. No caigas en el aislamiento que busca la persona controladora. Rodéate de otras personas que te hagan sentir cómoda/o y segura/o con el fin de ayudarte a tener una red de contactos y de apoyo firme. 

Referencias bibliográficas:

  • Echeburúa E. y Fernández-Montalvo, J. (2001). Celos en la pareja. Una emoción destructiva. Ariel
  • Hodson, G. M.; Hogg, S. M.; MacInnis, C. C. (2009). «The role of «dark personalities» (narcissism, Machiavellianism, psychopathy), Big Five personality factors, and ideology in explaining prejudice». Journal of Research in Personality. 43 (4): 686–690.
  • Regan, S (2021). How To Spot Controlling People: 13 Behaviors To Look For. Mind Body Green. https://www.mindbodygreen.com/articles/signs-of-controlling-person Piñuel, I. (2015). Amor Zero. Como sobrevivir a los amores psicopáticos. La esfera de los libros, S.L.